lunes, 13 de septiembre de 2010

De cuando entregarías tu alma por los demás

El puente ya se desmenuza, y el agua penetra en las rocas que se inundan al final del trayecto. La villa se hunde en la desesperanza y las tiernas memorias se sacuden entre las malas hierbas que crecen.
Por las oscuras aceras, escapo de las calles que una vez conocí, huyendo con temor de las fauces de un depredador sin parar a mirar atrás, sabiendo que todo el sol se ha ido lejos y que ésta vez no hay una luz al final del túnel. Tan sólo sigo mi instinto, corro sin parar...

Aún sabiendo que a pesar de que nada es real la desesperación y el dolor son difíciles de no sentir... aún así, dotado de una gran empatía sé que estoy predispuesto a derramar mi sangre y servir mi corazón por los que amo, hasta el momento en que muera.
Más les vale venir con todo su arsenal, porque tan soló tendrán una oportunidad de quitarme la vida. Y sea cual sea el desenlace, no me arrebatarán a los que quiero... caerán conmigo en el dulce estado de la muerte.